martes, 1 de abril de 2014
La historia continúa. [Álgebra III].
Quien me iba a decir que el mismo día en el que tuvo lugar el momento que llevaba temiendo tantas semanas me acostaría tan feliz. Y por otra persona. Raúl. Así se llama. El ladrón capullo. Pero qué sonrisa tiene. Al final ha pagado él el café. Encima considerado. Y resulta que no es tan capullo. Hacia mucho tiempo que no me reía tanto. Aunque ha dicho que le encantaría volver a verme y quedar, no le he dado mi número, ni mi dirección, ni mi Facebook, nada. Le he dicho que si tenemos que volver a encontrarnos que sea, que la magia, el destino o la puta casualidad nos vuelva a juntar. Pensé que se mostraría excéptico, o que me diría que estoy loca, o que se levantaría y se marcharía sin mediar palabra, asustado. Pero no lo ha hecho. Al contrario, lo único que me ha pedido para aceptar mis condiciones ha sido que nos tomásemos otro café, y que pagase yo. ¿Quien narices es el loco? Aunque sin duda ha merecido la pena. No se conocen personas así, y menos tíos. Dios mío, ¿por que soy incapaz de borrarme esta sonrisa tonta de la cara? Ah claro, Raúl, Raúl..
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