domingo, 31 de agosto de 2014

Estoy aquí un 31 de agosto escribiendo a las 03:14 de la madrugada en un blog que no uso desde hace meses mientras mis amigos están de fiesta. Lejos. Aunque físicamente nos separen menos de tres metros. Me siento desconectada de ellos, mínimo a mil kilómetros de distancia está mi mente. 
Y temo pasarme la vida así, teniendo miedo de disfrutar, huyendo (mi gran talento) cuando surge una mínima incomodidad. Soy un pequeño animal solitario. Una solitaria que añora a su amado. Sí. Pero que ni siquiera él consigue hacerla aterrizar en Tierra. 
No con la música, no en la fiesta, no con alcohol. 
Pero a solas, para su mundo...
Pequeña solitaria..