Hace días, semanas, que no lo veo, no me atrevo a coger el metro por miedo a encontrármelo, no podría soportar su mirada de reproche. Así que saco el bono del bus y me preparo para subir. Diviso un asiento al fondo y me dirijo rápidamente hacia él, aunque parece que no soy la única. A ver que se piensa el chaval, ese asiento es mío amigo. Acelero el paso esquivando pies, bolsas, bastones y demás obstáculos, parece que tengo más práctica en esto que mi competidor, más que nada porque casi se come a una ancianita. Ya lo veo. Por fin llego al asiento. Oh si, todo mío. Me pongo los cascos y le doy al 'play'. Pero parece que mi nuevo 'amigo' no parece contento y al llegar a mi altura comienza a gesticular y hacer gestos extraños. Le doy a pausa y me quito un casco.
-Divina señorita, gracias por compartir conmigo unos segundos de su preciado tiempo. - ¿Que se ha fumado este tío?¿Y en lenguaje de qué siglo habla? Si cómo mucho será un par de años mayor que yo.
+¿Perdón? - Digo tratando de parecer inocente, cosa que por mi apariencia podría colar pero de la que no tengo nada.
-No te hagas la tonta querida, ese asiento era mío. - Lo que me faltaba, encima se pone chulo.
+Yo no veo tu nombre escrito por ningún lado, 'querido'. - Mi indignación aumenta por momentos. Pero aunque mi intención era molestarle se le ilumina la cara al oirme. Hay que reconocer que el capullo tiene su encanto.
-Dan dan. Respuesta incorrecta guapa. Mi nombre esta puesto en el respaldo. - Y me guiña un ojo mientras sonríe pícaramente. Vale, encanto no, esta buenísimo. Pero que capullo.
Le miro desconfiadamente y me giro lentamente para comprobar a ver si realmente esta escrito su nombre. Hay que joderse. Pone 'Propiedad de mi culo.' Y debajo 'Raúl' y una fecha que explica la ridiculez de la frase.
+Vaya, sin duda eras todo un poeta. - Le digo mirándolo sería y disimulando las ganas de reír que tengo.
Eso le borra la sonrisa del rostro que se había ido ensanchando y me produce más ganas de reír. Que locura.
Entonces hace algo inesperado. El bus hace una de sus paradas, las puertas se abren y él en un movimiento rapidísimo me quita el iPod y los cascos que llevaba en la mano, baja del bus y se para fuera, haciéndome burla. Sólo tengo un segundo para reaccionar, cogo mi bolso y me bajo rápidamente del bus, preparada para atrapar al 'ladrón'. Pero ese segundo marca la diferencia. Porque en cuanto me bajo de un salto y se están cerrando las puertas, lo veo. Veo a quien esta subiendo. Y lo peor. Él también me ve. Y nos quedamos así, los dos mirándonos fijamente él en el bus que ya ha cerrado sus puertas y yo parada en la calle, en un segundo que parece toda una vida, diciéndonos tantas cosas sin falta de palabras. ¿También coge el autobús ahora para evitarme?¿Tan horrible fue mi confesión? Y entonces la veo a ella. Una chica que lo abraza, que le dice 'que pasa, reacciona'. Y el autobús arranca, él reacciona y yo sigo estática, pasmada, dolida. De repente me fallan las fuerzas, necesito sentarme y lo hago en la acera.
Una música familiar suena a mi espalda, muy cerca. 'Dejarse la piel'. Una de mis favoritas, alguien la tararea y lo hace bien... Un momento..
+¡Serás cabrón! - Me giro rápidamente en un movimiento que por su cara el ladrón capullo, como lo he bautizado, no se esperaba, y le quito el iPod.
- Chica, sólo trataba de animarte. - Trata de sonar burlón pero en su mirada detecto algo más, ¿compasión?
+No necesito que nadie me anime. - Trato de hacerme la dura pero se me quiebra ligeramente la voz en mitad de la frase. Espero que no lo haya notado.
-Oh si, se te nota. - Por la cara que pone veo que se arrepiente de haber dicho eso. Me tiende la mano. - Vamos, me invitas a un café. No tienes muy buen aspecto.
¡Tendrá cara! +¿Te invito? - Digo con tono escéptico. Es lo que me faltaba.
- Mmm, si. - Esa sonrisa picara otra vez, y me muestra su mano derecha en la que sostiene un billete de 10 euros. Encajo las piezas rápidamente. Mi dinero de emergencia.
*+¡Mierda me he dejado el monedero en casa! - No me lo puedo creer, hoy me tocaba pagar los billetes a mi. Qué hacemos ahora.
-No jodas, Eva.
Lo dice medio enfadado, aunque se que nunca se picaría conmigo. Me muerdo el labio. Joder. Que torpe soy.
+ Lo siento, lo siento, dios, soy idiota. Que hacemos ahora.
- No pasa nada. - Sonríe a medias y se saca de la funda del móvil un billete de cinco euros. - Salvados por los cinco euros de emergencia. - Y me guiña un ojo.*
Malditos recuerdos. Me dan náuseas.
+ Menudo capullo.
- Pensaba que era un cabron.
+ Tienes un poco de todo.
Veo que contiene una sonrisa.
- Venga anda, pague quien pague, el café te sentara bien. - Y me ayuda a levantarme.
+Seguro que no dirías lo mismo si el dinero fuese tuyo. - Esta vez no se contiene, lanza una carcajada al aire y yo le acompaño.